¿De que sirve la transparencia? Señaló el que nunca debe ser cuestionado.
La pregunta realizada por el emperador y su nuevo traje, es pertinente y tramposa.
Resulta pertinente porque si es de vital importancia que el ciudadano sepa qué es, cómo se usa y para qué sirve, pues con esa herramienta al alcance, no solo se puede tener información de primera mano y fidedigna, sino que con ésta se pueden tomar mejores decisiones y formar espacios públicos mucho más fortalecidos, pues es menester y obligación ciudadana, ser un contrapeso natural al ejercicio del poder y con ese derecho, construir democracia, ¡Porque sí! La Democracia es ciudadana, no partidista ni gubernamental.
La transparencia es imprescindible y quizá eso es lo que al presidente le molesta.
La molestia es evidente. Que se tenga al alcance (muchas veces con un click) la posibilidad de observar el quehacer gubernamental y evidenciar de manera pública malos manejos y malas gestiones, no le viene bien a personajes que solo buscan alimentar su figura como eje central de todo el existir social.
SEGALMEX es uno de esos momentos cumbres en el sexenio sin corrupción, desvíos millonarios que además de evidenciar obvias tergiversaciones presupuestales, ponen en una muy mala situación a la Administración Pública y a sus servidores públicos.
La corrupción sin transparencia, solo da a luz testaferros ciegos.
Por eso tenemos que ciudadanizar más la transparencia. ¡Sí! La transparencia es eso que debemos cuidar con un celo inquebrantable, porque no solo es una herramienta útil contra los abusos, insisto, sino un instrumento de mejora continua que el gobierno no ha sabido valorar.
La situación, es que en este país gatopardo no importa la mejora, el avance de las condiciones administrativas de un gobierno que debería tender naturalmente a la eficiencia y eficacia; lo que les importa es aparentar resultados, seguir vendiendo espejitos como oro.
Y por eso la pregunta del Rey Sol es tramposa, porque él sabe todo esto, y tan lo sabe que la formulación del cuestionamiento lleva un profundo dejo de manipulación mediática, llena de un metalenguaje que pretende implementar una necesidad ideológica que le funciona a él y solo a él, no a la ciudadanía, y mucho menos a nuestra Democracia.
El problema del presidente con la transparencia, no es la transparencia, sino lo que se hace con ella, y por eso vierte todas sus huestes contra una institución que ha funcionado como garante de esos derechos fundamentales para todo ciudadano. Los pretextos los conocemos, los ha repetido durante seis años como un mantra Budista que alivia los corazones de sus adeptos habidos de una justicia social que tampoco ha llegado con él, con ellos.
¡Es corrupta!, ¡Es una burocracia dorada!, ¡Es una institución muy cara! (Y solo representa el 0.01% del presupuesto asignado para este año). Ok, puede que tenga razón, pero Sr. Presidente ¿Las evidencias? ¿Los responsables de esa corrupción? Se que le solicito peras a un olmo lleno de un carisma engañanobos, de mucha palabrería y pocos o nulos resultados favorables.
Lo peligroso de continuar por el camino retórico contra la transparencia y contra la rendición de cuentas, en nombre de quien sabe que austeridad republicana, (cuyos resultados son todo, menos austeros) sin duda desembocará en múltiples prejuicios para el gobierno y su accionar directo.
Lo peligroso de esa retórica contra todo sentido común es que si se continua alimentando, lo único que se logrará es blindar una estructura autoritaria que tenderá a ensimismarse, cerrando los oídos a las demandas de quienes les dan vida. ¡La ciudadania!
Lo peligroso de esa retórica contra la ciudadanía es el silencio sepulcral que provocó en los periodistas que se encontraban en aquella sala donde fue proferida la pregunta que hoy me tiene aquí escribiéndoles. Sin saberlo, todo ese silencio guardado, quizá por la sorpresa, representa la perdida del uso de una voz que hoy podían y pueden usar por las vidas de los otros, parafraseando a Silvio Rodríguez, ellos hoy son felices y quizá por guardar silencio cómplice, no los perdonen los muertos de su felicidad.
Sin saberlo, se quedaron mudos, arrebatándole la boca con la cual los venideros puedan denunciar abusos e irregularidades que solo terminamos pagando nosotros.
Y de pronto, todos enmudecimos, y ya no se trata pues de buscar la verdad en todo esto, sino de quien grita más alto una mentira.
Artesanía Política escrita circa Ciudad Brugada; 9 de agosto del año de Nuestro Señor Andrés Manuel López Obrador de 2024.
Comments